“Ninguno de nosotros es tan bueno como todos nosotros juntos.”
– Ray Kroc.
La globalización, la hiperconectividad, los mercados altamente cambiantes, la necesidad de innovar y el crecimiento acelerado de las tecnologías, han llevado a las organizaciones a re-pensarse, a reestructurarse y hasta reinventarse.
Las formas de trabajar cambian día a día. También cambian lo que los empleados esperan de sus empleos y de sus organizaciones. Han cambiado las estructuras jerárquicas, los modelos de comunicación, el manejo de la información, la visión, tanto de líderes como de colaboradores, la relación con los clientes y proveedores. Hasta los espacios y horarios de trabajo han sufrido modificaciones importantes durante los últimos años.
Si todo ha cambiado, la forma como los empleados llevan adelante sus tareas no podía escapar a ello. Del trabajo individual, pasamos a la configuración de equipos de trabajo para áreas específicas de la empresa: un mismo equipo, una misma área. Sin embargo, atendiendo a las demandas del entorno y a la velocidad a la que ocurren los cambios, la forma de trabajar en equipo también está cambiando.
Las empresas líderes, han comprendido que para adaptarse a los requerimientos de entornos tan demandantes y cambiantes, deben flexibilizar y dinamizar su estructura y forma de organización. Esto lo refleja el estudio realizado por la reconocida empresa de consultoría Deloitte: “Global Human Capital Trends 2016”. Es por ello, que los equipos tradicionales están dando paso a “Redes de Equipos”, con alto nivel de empoderamiento y comunicación, y rápido flujo de información.
En esta nueva forma de organización del trabajo, cada individuo puede decidir a cuál equipo desea pertenecer y de qué forma hacerlo; además le permite pasar rápidamente de sus labores administrativas, a llevar adelante proyectos específicos de duración limitada en el tiempo en los cuales trabajan empleados de diversas áreas y niveles de la organización, que establecen sus propios objetivos (obviamente, enmarcados en el plan estratégico o de negocios de la empresa), normas de funcionamiento y mecanismos de toma de decisiones. Esto permite dar pronta respuesta, a posibles dificultades y funcionar exitosamente sin la supervisión constante del líder del proyecto. Cada individuo asume el liderazgo de su propia tarea, llevándole a sentirse dueño de su proceso y motivado a dar lo mejor de sí, en cada tarea que emprenda.
Estos equipos, conformados por pocos miembros, no requieren mantener presencia física, pues pueden muy fácilmente, emplear Internet o aplicaciones móviles para compartir objetivos, mantenerse actualizados con respecto a los adelantos relativos al proyecto en el cual está involucrado, o los proyectos de los demás equipos, e incluso, construir una cultura propia.
Una vez finalizada su participación en el proyecto, los empleados pueden elegir a cuál otro proyecto adscribirse y con qué otras personas trabajar a continuación. Así, cada individuo asumirá sus conocimientos y habilidades desde una perspectiva diferente, de acuerdo a los requerimientos y especificidades de cada proyecto.
Todos los equipos de la organización, conforman una red que se nutre de todos sus componentes: todos aprenden de todos y se enriquecen y alimentan entre sí. Se produce intercambio de información, de experiencias, de conocimientos, de tecnología, etc.
El establecimiento de redes de equipos, permite la generación de espacios colaborativos, en los cuales cada individuo tiene la libertad para compartir sus ideas y desarrollar su carrera profesional; además, la organización está en mayor capacidad de afrontar con mayores garantías de éxito las demandas de su entorno.
¡Compártela con nosotros!
¡Comparte con nosotros tus opiniones!
Por favor, sigue mi cuenta en You Tube: https://www.youtube.com/AdrianCottin
#pcottin #AdrianCottin #coach #coaching
Twitter @pcottin Instagram @agcottin